domingo, 2 de octubre de 2011

La disputa por la Colonia del Sacramento

En 1680, una audaz iniciativa del virrey y capitán general de Río de Janeiro, Manuel Lobo, llevó a los lusitanos hasta la misma boca del estuario. Allí, en la ribera norte, en territorio hispánico y frente a Buenos Aires, fundaron la Colonia del Sacramento. España intimó a su inmediata desocupación, pero perdió la contienda a raíz de los avatares de la diplomacia europea, por medio de la cual ambas Coronas dilucidaban entonces varios diferendos. Episodio éste reiterado en la historia de la nueva ciudad, que fue en más de una oportunidad ganada militarmente por España y perdida ante la habilidosa cancillería lusitana. Así sucedió en 1701 y nuevamente en 1715, en que Portugal, aliado de Inglaterra en la guerra de sucesión española, se benefició de las ventajas del vencedor en el Tratado de Utrecht.

La Corona portuguesa pretendía el dominio absoluto de la costa norte del Río de la Plata, de modo que persistió en su política de tomar allí posiciones estratégicas. En ese sentido, se levantaron algunos asentamientos en las bahías de Maldonado y Montevideo, ante lo cual Felipe V procedió con mayor energía, ordenando al gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, la urgente fundación de una población en la zona.

Puesto a la empresa, en 1724 Zabala fundó el fuerte de Montevideo, pero el pleito prosiguió hasta 1750, en que el Tratado de Madrid -también conocido como Tratado de Permuta- devolvió a España la Colonia a cambio de que entregara a Portugal los siete pueblos de las Misiones orientales del Paraná.
Colonia del Sacramento

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