Durante los siglos XV y XVI Europa vivió una serie de profundos cambios.
Cada uno de los reyes (monarcas) de las naciones europeas quería ser el más fuerte y para ello pensaron en ampliar sus territorios. Además la población estaba aumentando y se hacía necesario más espacio para ubicar a algunas de esas personas y para conseguir alimentos y otros productos (sedas, artesanías y especias entre otros) para las que continuaran en Europa. El lugar por donde traían las mercaderías hasta ese momento (mar Mediterráneo y Cercano Oriente) no lo podían utilizar porque los turcos impedían el paso desde mediados del siglo XV.
Pero más problemas tenía aquel continente porque en aquellos momentos las monedas eran hechas de oro y plata y el aumento de las compras y ventas de productos hacía que fuera necesaria más cantidad de monedas, pero los metales preciosos con los que contaban no eran suficientes. Otra dificultad que tenía Europa era religiosa ya que los cristianos (personas que creen en Cristo), que eran mayoría, estaban siendo amenazados por la expansión de los musulmanes (Religión que no cree en Cristo sino en Mahoma como enviado y que ve al mundo de manera diferente), por lo que necesitaban aumentar su número de creyentes para seguir existiendo.
Es por todas estas razones que no resulta raro que, gracias a la existencia además de varios aventureros que no le temían a las “historias” de monstruos y grandes peligros en el mar, los europeos, luego de fracasar en la búsqueda de otros caminos terrestres, se vuelcan al océano desconocido a buscar una nueva ruta hacia los lugares de origen de estos productos.
Cada uno de los reyes (monarcas) de las naciones europeas quería ser el más fuerte y para ello pensaron en ampliar sus territorios. Además la población estaba aumentando y se hacía necesario más espacio para ubicar a algunas de esas personas y para conseguir alimentos y otros productos (sedas, artesanías y especias entre otros) para las que continuaran en Europa. El lugar por donde traían las mercaderías hasta ese momento (mar Mediterráneo y Cercano Oriente) no lo podían utilizar porque los turcos impedían el paso desde mediados del siglo XV.
Pero más problemas tenía aquel continente porque en aquellos momentos las monedas eran hechas de oro y plata y el aumento de las compras y ventas de productos hacía que fuera necesaria más cantidad de monedas, pero los metales preciosos con los que contaban no eran suficientes. Otra dificultad que tenía Europa era religiosa ya que los cristianos (personas que creen en Cristo), que eran mayoría, estaban siendo amenazados por la expansión de los musulmanes (Religión que no cree en Cristo sino en Mahoma como enviado y que ve al mundo de manera diferente), por lo que necesitaban aumentar su número de creyentes para seguir existiendo.
Es por todas estas razones que no resulta raro que, gracias a la existencia además de varios aventureros que no le temían a las “historias” de monstruos y grandes peligros en el mar, los europeos, luego de fracasar en la búsqueda de otros caminos terrestres, se vuelcan al océano desconocido a buscar una nueva ruta hacia los lugares de origen de estos productos.
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