La existencia en España de una antigua legislación esclavista en las leyes de las "Siete Partidas" ofreció la base jurídica para que la Corona se reservara la exclusividad en el tráfico de negros y justificara luego la concesión a particulares, bajo ciertas condiciones, de la explotación de ese verdadero "estanco real". Equiparados a la sal, los naipes o el tabaco, los negros fueron un negocio del rey, y únicamente recordándolo bajo este aspecto se comprenderá el funcionamiento de los "asientos" y se explicará la existencia de ciertas leyes, licencias y prohibiciones.
... El "asiento" octavo nos permite apreciar una distribución geográfica de "la trata" y valorar su importancia. Sobre 4.000 negros anuales, se encaminaban 2.000 a la feria de Portobelo y se permitía introducir directamente a Panamá y el Perú los sobrantes que restaran de la venta realizada allí; la otra mitad se repartía: Cartagena 700, para Veracruz y Honduras, Campeche y La Habana otros 700 y los 600 restantes se desparramaban en Puerto Rico [y otras islas del Caribe].
Algo más de tres millones de esclavos en un período de 284 años [desde 1503 hasta 1787], sobre un total general para toda América que seguramente sobrepasa los veinte millones, demuestra que menos del 16% de los africanos "rescatados por la trata" tuvieron entrada en las colonias españolas, mientra el 84% restante debió dividirse en un 34% para Brasil y un 50% para las colonias sajonas, holandesas y francesas. Teniendo en cuenta esta apreciable diferencia de porcentajes y, además, que en la América española el negro tuvo una dispersión geográfica notariamente mayor que en el resto del continente, podemos concluir con certeza que la asimilación o integración del negro en las colonias de España no obedeció solamente a la lenidad partriarcal de las Leyes de Indias y a la existencia anterior de la legislación de las "Siete Partidas", sino también y muy especialmente a otros factores de índole comercial y geográfica y a la política que se practicó.
... El "asiento" octavo nos permite apreciar una distribución geográfica de "la trata" y valorar su importancia. Sobre 4.000 negros anuales, se encaminaban 2.000 a la feria de Portobelo y se permitía introducir directamente a Panamá y el Perú los sobrantes que restaran de la venta realizada allí; la otra mitad se repartía: Cartagena 700, para Veracruz y Honduras, Campeche y La Habana otros 700 y los 600 restantes se desparramaban en Puerto Rico [y otras islas del Caribe].
Algo más de tres millones de esclavos en un período de 284 años [desde 1503 hasta 1787], sobre un total general para toda América que seguramente sobrepasa los veinte millones, demuestra que menos del 16% de los africanos "rescatados por la trata" tuvieron entrada en las colonias españolas, mientra el 84% restante debió dividirse en un 34% para Brasil y un 50% para las colonias sajonas, holandesas y francesas. Teniendo en cuenta esta apreciable diferencia de porcentajes y, además, que en la América española el negro tuvo una dispersión geográfica notariamente mayor que en el resto del continente, podemos concluir con certeza que la asimilación o integración del negro en las colonias de España no obedeció solamente a la lenidad partriarcal de las Leyes de Indias y a la existencia anterior de la legislación de las "Siete Partidas", sino también y muy especialmente a otros factores de índole comercial y geográfica y a la política que se practicó.
Vedoya, Juan. La expoliación de América . Buenos Aires: Ediciones La Bastilla, 1973.
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